Aragón ya tiene Estatuto
Las Cortes de Aragón aprobaron el pasado 21 de junio el nuevo Estatuto de Autonomía de Aragón. Un Estatuto que eleva nuestro techo competencial y que recoge aspectos tan importantes como la posibilidad de crear una agencia tributaria propia, la policía autonómica, competencias como Instituciones Penitenciarias o medidas como la protección de la unidad del Archivo de la Corona de Aragón o las trabas impuestas a un nuevo trasvase.
Un nuevo Estatuto que recoge las aspiraciones de los aragoneses y que pone las bases para que Aragón pueda seguir creciendo en los próximos años. Desde luego que éste Estatuto no es el mejor Estatuto que podíamos habernos otorgado. Pero sí que es cierto que es el mejor Estatuto de todos los posibles, contemplando el actual escenario político. Por ejemplo, faltan aspectos relativos a financiación. Pero.... ¿qué hubiéramos logrado oponiéndonos a este Estatuto, enrocándonos en una posición numantina ante un texto que al final hubiesen pactado PSOE y PP en Madrid, recortándolo como ya ocurrió en la anterior reforma? ¿Qué frustración hubiésemos sentido los aragoneses tras enviar un texto magnífico a Madrid, que hubiese sido recortado sin compasión como viene siendo habitual?
Desde luego, el pacto alcanzado para reformar el Estatuto ha sido la postura más prudente de la mayor parte de los grupos políticos aragoneses. Este es un Estatuto pactado por casi todos, un Estatuto con un alto grado de consenso, en el que casi todas las partes han cedido para llegar a un resultado como el presente. Un consenso que ha sido primordial para aprobar un Estatuto en el que todos pudieran sentirse cómodos, y que no tuviera grandes trabas al pasar su último trámite en el Congreso de los Diputados.
Pero este consenso ha sido roto por CHA. Un partido que aunque ha trabajado en la ponencia parlamentaria para la reforma del Estatuto, se abstuvo en el Pleno de las Cortes de Aragón. Una abstención que no se entiende. Todos los partidos han sido capaces de ceder en algo y alcanzar un consenso. Todos menos la CHA. Y además, ¿Qué es una abstención en un asunto de tanta importancia como este? ¿Cómo puede abstenerse alguien? O das tu apoyo al nuevo Estatuto, con todo lo que eso implica, o te pones en contra, por que si realmente crees que este Estatuto no es bueno para Aragón, no tiene ningún sentido abstenerte en lugar de votar en contra. Quizás es que las gentes de Chunta Aragonesista, aunque quisieran votar No al Estatuto, no se atrevieron a votar en ese sentido, y de ahí su abstención. Quizás les dio miedo seguir la estela de sus socios y amigos de Esquerra Republicana de Catalunya. Igual des daba miedo quedarse solos en el No al Estatuto, porque saben que la sociedad aragonesa no es amiga de radicalismos. Un radicalismo que salió a colación cuando el señor Chesús Bernal se negó a darle la mano al presidente del Gobierno, en lo que aparentaba una pataleta infantil tras el sí de la gran mayoría de las Cortes al nuevo Estatuto.
Dejando pataletas al margen. Hay que destacar el gran consenso alcanzado con este Estatuto, y el hecho de los aragoneses tendrán dentro de un año un nuevo Estatuto para regir nuestro destino, con más capacidad de autogobierno para poder seguir creciendo que en actualidad y que nos permitirá seguir trabajando para situar Aragón en el lugar que le corresponde. Aragón está de enhorabuena.
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