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Gran Vía

TRAS "LA BATALLA DE ARGEL".

 

Hoy, en las portadas de la prensa nacional e internacional aparecía la noticia de dos atentados en Argel. El balance de los dos atentados ha sido de 24 asesinados y unos 200 heridos. Uno se pregunta entonces cómo pueden llegar a este extremo los terroristas. Mientras ellos se regocijan en su propio orgullo, cualquier persona normal con cierta humanidad se estreme. La "mano que mece la cuna" hoy en parte del mundo islámico es un avispero. No nace de las buenas voluntades sino que nace de la ignorancia y la pobreza. Como si se tratase de un totalitarismo del siglo XXI, los dirigentes de estas organizaciones manipulan y adoctrinan a las masas como si de líderes radicales del Japón de la Segunda Guerra Mundial o nacionalsocialistas alemanes se tratasen, prometiéndoles una vida futura más propia de los mitos vikingos que de los propios desafiando la voluntad de su Alá sobre la vida pues la inmolación es un acto de un ser humano sobre el divino provocando la desaparición de varios seres más ajenos a la locura del inmolado. La verdad es además, que para ellos no supone más sacrificio, pues no poseen ningún tipo de afecto ni hacia sus semejantes, y viven en la extrasensorialidad materal de la mentira que se les enseña. Sin duda alguna, los líderes se aprovechan de la situación obteniendo fama, méritos e incluso engañándose a sí mismos. Un claro ejemplo, es la cantidad de libros que ya hay en las bibliotecas sobre Osama Bin Laden llegando a superar al número de ejemplares de Coranes. Los jóvenes compran pósteres incluso de algunos de estos líderes y los alzan más que a Alá pues el mismo Alá no se puede representar. Y la verdad de todo esto, es que el verdadero sacrificio lo hacen los miles de musulmanes que se levantan todos los días y trabajan innumerables horas para dar de comer a sus hijos, a su mujer, hacer progresar a su comunidad, ofrecer bienestar común a sus semejantes y, en definitiva, trabajar por devolver las realmente "luces perdidas" al mundo islámico haciendo progresar al mundo también desde la vertiente islámica que requiere de consenso y no de imposiciones. Éso es realmente sacrificio y no lo que dura dos segundos bajo la creencia de las "fortunas vikingas". Pero claro, ésto cuesta trabajo y mucho esfuerzo y no da la patética fama que da un suicidio espectacular. Lo del terrorismo por las tierras árabes no es nuevo y hasta el pueblo de Israel ha padecido la vinculación con algún grupo terrorista como Irgún, lo malo es que se ha internacionalizado, en parte, gracias al militarismo manipulador de otras potencias que no se han preocupado más de que sí mismas durante un largo periodo de tiempo y en muchos casos han actuado para mal.

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