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Y mientras unos ponen trabas al tratado Constitucional Europeo, la Unión sigue creciendo. La llegada del 2007 nos ha traído a la Unión dos nuevos socios, Rumanía y Bulgaría. Dos nuevos socios que entran al club comunitario 17 años después de la caída del régimen comunista y que aportarán alrededor de 30 millones de habitantes a la Unión, ascendiendo de esta manera a 500 millones de personas los que vivimos en los 27 países que conformamos este gran espacio de convivencia que es la Unión Europea.  

De hecho, choca  la apatía de la Unión en los ciudadanos de varios países miembros, con la ilusión que despierta la adhesión de Bulgaria y Rumanía entre sus ciudadanos. La alegría de estos ciudadanos quizás debiera hacernos recapacitar a muchos sobre los valores que sustentan a la Unión, y sobre la importancia que tienen el conseguir una Unión Europea fuerte en el panorama político internacional.

Aún así, la llegada al club europeo de Rumanía y Bulgaria ni ha sido ni será un camino de rosas. Su adhesión se está pruduciendo bajo estrictas medidas de supervisión y control, desconocidas en anteriores ampliaciones.

 Pero la llegada del 2007 no solo ha traído la adhesión de dos nuevos Estados a la Unión. Además, Eslovenia se ha covertido desde hoy mismo en el decimotercer país de la Unión Europea cuyos habitantes pagan en euros. Y es que la moneda europea, a pesar del incremento de precios que conllevó en numerosos productos en países como el nuestro, se ha convertido en una moneda fuerte, referencia del comercio internacional y de las reservas mundiales de divisas.