EUROPA
2007 ha llegado, y tras las celebraciones del Año Nuevo que han recorrido el continente, desde Varsovia a Paris, Berlín y Londres, pasando por Zaragoza, Bruselas o Viena, Europa vuelve a enfrentarse a su crudo presente. Alemania se ha estrenado hoy con la presidencia semestral de la Unión, una presidencia que será complicada tanto por los asuntos internos de la propia Unión, como por lo revuelto que se encuentra el mundo en estos momentos.
Angela Merkel, la canciller alemana, tiene el reto de desbloquear la Constitución Europea y de devolver la ilusión a sus ciudadanos, unos ciudadanos que ven a la Unión como algo lejano y excesivamente burocrático. La canciller alemana se ha comprometido a desbloquear el tratado constitucional europeo. En los tiempos que corren, el convertir a la Unión en una potencia sólida es algo básico para la propia supervivencia, tanto económica como social, de toda Europa. Europa no puede tontear y quedar como una mera unión de mercados nacionales. Quizás otro gallo cantaría si la Unión fuese realmente una potencia diplomática y política a nivel mundial. La Constitución fue aprobada por una gran mayoría de países. Por el rechazo de dos países, el proceso no puede pararse.
Europa, y en este caso la presidencia semestral alemana tiene la obligación política y moral de desbloquear el proceso, dar soluciones, y hacer recuperar la ilusión y el europeismo a los ciudadanos de toda la Unión. Una enorme labor, en la que no puede fallar ni Angela Merkel ni el resto de líderes europeos. En caso contrario, Europa entera saldrá perdiendo.
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