LOS HÉROES DE MALTA, DE VUELTA
Hoy han llegado a Santa Pola los pescadores españoles que recogieron a los inmigrantes en alta mar el pasado mes de julio y a los que Malta impidió desembarcar en su territorio. Su ejemplo de humanidad nos acongojó a todos. En esta sociedad, en la que estamos acostumbrados a mirar para otro lado cuando algo no nos interesa o nos molesta, estos pescadores perdieron una semana de trabajo y una importante cantidad económica por recoger a unos seres humanos perdidos en alta mar y condenados a morir, dando un ejemplo claro de humanidad y solidaridad frente a la reacción inhuma de Malta y la indiferencia generalizada de la Unión Europea.
Estos pescadores dieron un ejemplo a los burócratas europeos, y a los dirigentes de los países de la Unión sobre lo que significa la palabra humanidad. Mientras los gobernantes de varios países europeos se perdían en estériles discursiones, decidiendo a donde iban los moribundos inmigrantes, los miembros de este pesquero, que veían como la situación empeoraba y las pérdidas se acumulaban día a día ayudaban como mejor podían a los naúfragos.
Hechos como este ayudan a ver el mundo de otra manera. Frente a la violencia, el individualismo y el egoismo que impera en nuestra sociedad, aún queda gente dispuesta a ayudar a los demás y que contribuyen a convertir este planeta en un lugar mejor.
Esperemos que el Gobierno español restituya las pérdidas económicas sufridas por este pesquero y por los miembros de su tripulación tras un hecho tan loable, y que se pongan las bases para evitar situaciones tan dantescas como la que pasó en el Mediterráneo en el mes de julio, cuando un estado miembro de la Unión Europea eliminó de su diccionario dos palabras: humanidad, y solidaridad.
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